miércoles, 18 de enero de 2012

Poema a social

Me sitúan en el centro



Espiral de emociones que me envuelven,
Como epicentro del terremoto emocional que me sacude,
Arrasando a su paso la confianza largos años construida,
Sobre la base de una seguridad ficticia.
No soy yo quien se automargina,
Es la sociedad que en su proceso de autodescomposición,
Nos arrastra, mareándonos y volcándonos el estómago,
En esa espiral autodestructiva socialmente,
Arrasándonos a su paso y convirtiéndonos en epicentro. 

martes, 17 de enero de 2012

Cada cual lleva su cruz (poema visual)

                                                              M
                                                              A
                                                              R
                                                              X
                                               L E N I N I S M O
                                                              S
                                                             M
                                                             O

lunes, 16 de enero de 2012

Destino desconocido (historia por partes)

Cuando Rodrigo salió en busca del oficial de cubierta, para transmitirle las órdenes del capitán, evitó cruzar su mirada con la de Alfonso o la de Felipe, pero no pudo evitar el ser el centro de las miradas de todo el mundo.
Durante la siguiente semana, tal y como le había prevenido Felipe, pasó una de las semanas más duras de su vida, si bien es cierto que como novedad en su vida no tenía que preocuparse por la comida, su doble condición de recién llegado y de polizón, le sirvió para que le encargasen los trabajos más duros y molestos.
Tanto Felipe como Alfonso, se preocupaban por la salud de Rodrigo que a causa de los duros trabajos se veía empeorar día a día, pero no eran los únicos que estaban pendientes de él. El capitán que no había vuelto a cruzar palabra con el chico, seguía atentamente su actividad y parecía calcular cual sería el verdadero aguante del muchacho.
Estaba claro que había tenido una vida dura y seguramente vinculada a las tareas del campo y a practicar pillerías en el pueblo. Una vida difícil, pero nada comparado con la vida en un barco, Don Álvaro de Guzmán era de la teoría de que la mar solo respeta la vida de aquellos que se ganan su respeto trabajando duro y sorteando constantemente los rigores de la vida marina. Por eso le gustaba saber hasta que punto eran capaces de resistir sus hombres, así que en cierto modo Rodrigo estaba superando una prueba sin saberlo, pero quizás el precio de la misma fuese demasiado alto.
Poco a poco y gracias a su trabajo, Rodrigo, el polizoncillo como empezaba a llamarle la tripulación empezó a hacerse un hueco entre ellos, fue contándoles su vida y conociendo pequeños detalles de la de los demás, aunque en general eran bastante avaros a la hora de exponer la a un desconocido, actitud que cambiaba totalmente cuando se trataba de averiguar algo de la suya.
Esta nueva situación le permitió poder acercarse con más normalidad tanto a Felipe como a Alfonso, aunque la cantidad de tareas que tenía que desarrollar y el cansancio que acumulaba hacía que aprovechase el poco tiempo libre para descansar y reponer fuerzas en lugar de poder compartir algo de tiempo con los únicos que consideraba amigos en el barco, aunque si debía de ser preciso, probablemente fuera del barco tampoco fueran muchos a los que podría calificar como tales.
La segunda semana, le pareció un poco más llevadera, quizás por que ya se había habituado as las tareas diarias o por que su cuerpo ya no le molestaba con aquellas agujetas de los primeros días.
Durante esa segunda semana, fue aprendiendo nuevos términos náuticos y fue dejando a un  lado las tareas más denigrantes para empezar a participar de un modo casi testimonial, en las tareas de la navegación. Este pequeño cambio a pesar de ser nimio, para él supuso una gran alegría y en su cabeza se empezaron a formar ideas sobre grandes viajes, descubrimientos y la posibilidad de verse comandando su propio barco y su propia tripulación.
De esta manera comenzó a observar al capitán, tratando de verse reflejado en él, y se dio cuenta que de una forma discreta, pero innegable, aquella atención que le prestaba en cierto modo era correspondida, esto último le llamó la atención, pero no hizo que se produjese un acercamiento entre ambos. En varias ocasiones se descubrieron observándose mutuamente, y a pesar de la juventud de Rodrigo su descaro a la hora de mantenerle la mirada al capitán hizo que este considerase que quizás el chico fuese más maduro de lo que podría aparentar en un primer momento.
Durante la noche, antes de acostarse compartía algo de tiempo hablando con el resto de los tripulantes y a pesar de que en diversas ocasiones les preguntó por su destino, nadie pudo decirle realmente a donde se dirigían, aquella tripulación, en su mayor parte habían permanecido mucho tiempo con el capitán, confiaban en él plenamente y esta vez antes de iniciar el viaje, les dijo que no les revelaría cual sería su destino hasta que estuviesen a punto de llegar, así que esa confianza que tenían en él había hecho que nadie le preguntase a donde se dirigían. Aunque estaba claro que tanto la cantidad de provisiones que habían embarcado, mas el hecho de llevar ya dos semanas en alta mar, les indicaba que se trataba de un viaje largo y a través del océano.
Los marineros más veteranos, especulaban con su destino y calculaban hacia donde se encaminaban tanto por las temperaturas como por los vientos que encontraban, pero nadie se atrevía a comentar en público sus pesquisas, ya que si Don Álvaro quería mantenerlo en secreto, seguramente tendría importantes razones para hacerlo.
A parte del gran esfuerzo físico que Rodrigo tenía que desempeñar cada día, por lo demás el viaje podría definirse como placentero, los vientos eran buenos y favorables y la lluvia no hizo acto de presencia durante esas dos primeras semanas de navegación, y por lo que él sabía durante el tiempo que había permanecido oculto, tampoco había llovido.
Los hombres realizaban sus tareas con prontitud y meticulosamente lo que les ahorraba un tiempo precioso que dedicaban a pescar, jugar, o charlar, el ambiente por lo general era bastante relajado y camaraderil.
Esa habilidad y pericia que demostraban los demás era lo que le faltaba al muchacho, así que tenía que suplirlo dedicándole más tiempo que el resto  reduciendo de esta forma su propio tiempo para el descanso.
Uno tras otro fueron pasando los días sin ninguna novedad reseñable, hasta el día en el que el capitán convocó al conjunto de la tripulación en cubierta, inmediatamente todos abandonaron sus tareas y se dispusieron a escuchar al capitán, instintivamente Rodrigo se situó al lado de Alfonso, se cruzaron las miradas y se preguntaron si por fin el capitán desvelaría su paradero y destino.

Continuará…

viernes, 13 de enero de 2012

Dos minicuentos



Jamás venderé mi alma, sin antes enterarme de como se cotiza.


No me digas que soy libre, porque si necesitas hacerlo, es que no lo soy.

jueves, 12 de enero de 2012

Menudo Curro ( Decimocuarta entrega)

Menudo Curro

- Don Alfredo, quería preguntarle algo.
- Dime Roberto, dime.
- ¿Usted está enfadado conmigo?
- ¿A qué te refieres por enfadado? Debo entender que me lo preguntas en términos generales o por algún motivo concreto.
- Pues no sé. ¿Está enfadado en alguno de los dos?
-Después del tiempo que llevas trabajando conmigo y del trabajo que realizas ¿Tú consideras qué tengo algún motivo?
- Pues la verdad es que no lo sé Don Alfredo, por eso le preguntaba.
- A ver dime a que viene esa pregunta.
- Es por el trabajo que me mandó hacer Don Alfredo, creo que es un castigo.
- Pero si es un trabajo muy sencillo, prácticamente no tienes nada que hacer.
- Pero es que lo paso muy mal Don Alfredo.
- ¿y se puede saber por qué?
- Por que cuando usted me dijo que tenía que hacer de modelo, pensé que se trataba de otra cosa.
- ¿y que fue exactamente lo que pensaste?
- Pensé que se trataba de hacer de modelo de la alta costura, de viajar por todo el mundo participando en desfiles de moda, conocer a los grandes modistos, vestir ropas de marca, acudir a las pasarelas de Madrid, Roma, Milán, Tineo, no sé pensé que se trataba de algo con más glamour.
- La verdad es que conociéndote, no sé como se me ocurrió lo del glamour, en cuanto me pidan alguien para hacer de burbujita de Freixenet te mando el primero.
- Gracias jefe, que ilusión.
-De nada hombre, de nada ya me lo agradecerás cuando seas una estrella del celuloide.
- ¿Del qué?
- Del celuloide.
- ¿Y eso qué es? A mi me suena a papel higiénico.
- Eso es la celulosa, pero déjalo estar, dime entonces, ¿Qué problemas tienes con el trabajo?
- Es que todo el día parado probando ropa para que la modista la arregle es un poco aburrido.
- O sea que el problema es que mientras trabajas, te aburres, pues nada tú no te preocupes que ya se me ocurrirá algo para que hagas a la vez y así aproveches el tiempo, igual te mando hacer collares de fantasía.
-No Don Alfredo, eso no lo puedo hacer.
- No te preocupes que lo de fantasía es solo el nombre, no se trata de que tengas que inventar el diseño.
- No jefe, le digo que no puedo por culpa de la modista, es que no me deja moverme, y por cierto ¿no se le podrían comprar unas gafas?
- Para qué quieres que le compre unas gafas.
- Es que creo que no ve muy bien por que cada poco me pincha con la aguja, y además para mañana le tengo mucho miedo.
- ¿Qué pasa mañana?
- Que me dijo que quería mirar a ver si le daba tiempo a cortarme los bajos.
-Mira debe ser una de las primeras veces que me haces reír.
- Es que si ya es peligrosa con una aguja, no quiero ni pensar en lo que me puede hacer con las tijeras si se le va la mano.
-No te preocupes que no vas a ser en un eunuco.
- Es que no me fio de esa señora.
- Pues puedes fiarte por que como modista es muy buena.
- Jefe en confianza, creo que se equivoca.
- ¿Por qué me dices eso?
- Yo no quiero ser un acusica, pero me parece que le está robando.
- ¿Cómo que me está robando?
- Sí, jefe por que está todo el día que si sisa por aquí que si sisa por allá, y a mi eso me mosquea mucho, pero no se preocupe que la yo la vigilo.
- ¡ah, bueno!, siendo así me quedo mucho más tranquilo.
- Además que como modista tampoco me parece que tenga mucho futuro.
- hombre como tu decías para las pasarelas de Madrid, París, Milán o Roma igual no está, pero a la de Tineo igual llega.
- Pues sinceramente yo creo que no, por que cuando le encargan un traje de hombre todavía pase, pero cuando le encargan un traje de mujer, la cosa no puede salir bien de ningún modo.
- ¿Cómo que no puede salir bien?
- No jefe, por que yo de modelo para hombres vale, pero no creo que sea el modelo más adecuado para mujeres.
- ¿No me digas que también te pone trajes de mujer?
- Pues sí jefe.
- Recuérdame que mañana pase a verte, que eso no me lo quiero perder, debes de estar de foto con los pelos del pecho saliéndote por el escote
- No si a mi eso no me molesta, lo peor es los trajes que son ajustados, por que me mancan un poco en las ingles. No sé jefe, para mi todo esto es un suplicio.
- Aguanta un poco que enseguida te busco otro trabajito.
- Vale Don Alfredo, además tampoco creo que la modista esté con usted mucho tiempo.
- ¿Y eso a que viene?
- Por que no para de decir que tiene que cambiar de patrón que no sabe donde metió el anterior, que tiene dudas de si le va mejor este patrón o tiene que probar con algún otro, y se pasa todo el día así.
- Una pregunta Roberto.
- Diga Don Alfredo.
- Tú de costura no entiendes mucho, ¿Verdad?
- Lo que veo en la tele en los desfiles.
- Ya me doy cuenta ya, anda demuéstrame como desfilas, sal del despacho y déjame seguir trabajando, y para mañana depílate las piernas que voy a ir a verte.
- Vale jefe, ¿La depilación con láser o con cera?
- Que te la hagan brasileña.
- ¿y esa cómo es?
- Vete y que te la expliquen.

Continuará…

miércoles, 11 de enero de 2012

Oscuro

Oscuro

Vientre de palabras cargadas de desdén,
Tormentas de amor que ni llegan ni estallan,
Autopsias de amistades vacías,
Sedición de lealtades inquebrantables,
Abrazos de pesadillas cumplidas,
Naufragios de verbos irregulares,
Sonrisas de gárgolas humanas,
Relleno el equipaje de historias,
Relatos mordaces con los que agasajarte,
Para revolcarnos en el cieno de la locura.

lunes, 9 de enero de 2012

Destino desconocido (historia por partes)

Durante los siguientes días, la vida de Rodrigo fue lo más tranquila y placentera que jamás había disfrutado, a pesar de tener que permanecer escondido en su pequeño cubículo, y a pesar de la cantidad de precauciones que tuvo que adoptar para no ser descubierto, las atenciones de Felipe y de Alfonso, junto con el hecho de que por primera vez en su vida no le faltase de comer, hizo de aquellos días los mejores que él recordaba.
Fueron unos días de primeras veces, por primera vez tuvo sustento sin necesidad de buscarse la vida para ello, por primera vez no tenía ninguna obligación ni tarea que cumplir, por primera vez pasaba un rato por las tardes y otro por las noches charlando  sin tener ninguna preocupación, y fue en estas conversaciones donde poco a poco fue conociendo a sus descubridores, y poco a poco se fue estableciendo una relación de compañerismo entre los tres.
Al cabo de una semana, decidieron que era el momento de dar por finalizada aquella situación, el riesgo que corrían tanto Felipe como Alfonso era grande y debían evitar ser descubiertos.
Al día siguiente de tomar la decisión, con los primeros rayos de sol y cuando empezaba la tarea diaria de la tripulación, Rodrigo se presentó en cubierta, el revuelo en el barco fue inmediato, todo el mundo quería ver al polizón, y querían ver la reacción del capitán. Cuando éste se presentó encontró a un muchachito que erguido en actitud desafiante parecía retar con la mirada al conjunto de marineros que le rodeaban.
Una vez advirtieron la presencia del capitán, le franquearon el paso hasta Rodrigo y ambos quedaron situados uno enfrente del otro, observándose en silencio. Un silencio que se fue extendiendo al conjunto de la tripulación hasta que el capitán, miró en su derredor y preguntó en voz alta que si nadie tenía nada que hacer.
Como si un resorte les moviese inmediatamente la tripulación abandonó a Rodrigo y al capitán aunque desde sus posiciones nadie quería perderse lo que pasaba y estaban pendientes del encuentro entre ambos.

- Mi nombre es Álvaro de Guzmán y soy el capitán de este barco, ¿Y usted es?
- Rodrigo señor, mi nombre es Rodrigo, me he colado de polizón en su barco en su última escala, pero el hambre ha hecho que no aguantase más así que he decidido presentarme ante usted.
- No se le ve desnutrido, y si ha subido al barco en nuestra última escala tal y como usted afirma, la sed debería haberle hecho tomar esta decisión mucho antes, así que deduzco que o ha cometido usted pillerías en mi bodega o ha contado con la colaboración de alguien de a bordo.
En ese momento todos los integrantes del barco se cruzaron miradas acusadoras intentando de descubrir si realmente alguno de ellos sabía de la existencia del polizón y había colaborado con él.
- Pero no es momento de discutir esto aquí – continuó el capitán – si es tan amable, acompáñeme a mi camarote y continuaremos allí nuestra presentación.
- A sus órdenes, mi capitán.
- No me llame así, usted no forma parte de esta tripulación.
Cuando el capitán desapareció de cubierta acompañado por Rodrigo, un murmullo generalizado recorrió el barco, generándose corrillos para hablar de lo sucedido. Felipe y Alfonso encontraron la forma de juntarse para compartir sus miedos, aquello no estaba saliendo como ellos habían previsto.
- Bien jovencito, así que es usted un polizón en mi barco, ¿Y puedo saber cuáles son sus intenciones?
- Solamente pretendo alejarme de mi pueblo para empezar una nueva vida, aceptaré lo que usted decida sobre mí, y si fuese tan amable de desembarcarme en su próximo puerto de destino, pagaría mi estancia realizando los trabajos que usted me designase.
- Bien muchacho, le seré franco. Estamos lejos del puerto y nuestra travesía es larga, no creo que le guste el sitio al que vamos, así que me temo que deberá usted pasar a formar parte de la tripulación al menos durante una temporada. Por otro lado, le advierto que examinaré la bodega de carga y le haré pagar con su trabajo cualquier desperfecto o falta en los avituallamientos. Una vez halla reconocido los posibles desperfectos volveremos a mantener una conversación usted y yo. Ahora por favor, retírese y preséntese ante el oficial de cubierta diciéndole que va de mi parte y que le incorpore a las tareas diarias.
- Muchas gracias. ¿Ahora ya puedo llamarle mi capitán?
- De momento jovencito, se incorpora usted a las tareas de la tripulación, no a la tripulación, una vez que determine su futuro se lo haré saber.

Continuará…

viernes, 6 de enero de 2012

Menudo Curro ( Decimotercera entrega)

Aunque no os lo creáis, esta historia de hoy está un poco exagerada, pero no tanto como se podría suponer, la realidad siempre supera a la ficción.


Menudo Curro



- Pasa, Roberto, pasa.
- Diga, Don Alfredo.
- Me acaban de llamar del ayuntamiento para comentarme sobre tu trabajo de ayer.
- ¿Y por qué no me los pasó?, si quieren que repita el año que viene, por mi no hay ningún problema. Aunque me estresé un poco.
-¿Sí?, ¡no me digas! Ya lo lamento, ya.
- Sí jefe, pero si están contentos estaría dispuesto a hacer un esfuerzo y repetir el año que viene.
- Pues creo que sí, que vas a repetir el año que viene.
- ¡Lo ve, Don Alfredo! ¡Ya se lo decía yo!
- Sí, te van a volver a llamar para que hagas de burra de carga, menuda bronca me cayó por tu culpa.
- No entiendo nada Don Alfredo.
- Ese es tu problema, que nunca entiendes nada.
- Pero si yo lo hice casi todo bien, y eso que tuve que aguantar a aquel grupo de chiquillos que no paraban de tirarme caramelos.
- Vale que los niños te tirasen caramelos, y de acuerdo que tienes razón, porque los localizó la policía, pero que un rey mago se esconda detrás de la silla de la carroza y no quiera salir está muy feo, y más si se pasa medio desfile gritando que no sale hasta que no detengan a esos criminales.
- Jefe, es que tenían muy buena puntería, yo creo que estuvieron entrenando casi todo el año.
- Sí, estuvieron entrenando para cometer un regicidio y acabar con Gaspar. ¿Pero tú no escuchabas los abucheos?
- Sí, jefe era la gente pidiendo que detuviesen a esos futuros presidiarios.
- No, imbécil, era la gente pidiendo que volvieses a tu sitio, si es que entre los gritos que dabas y la forma en que te vistieron, más que un rey mago parecías una reinona en una carroza del día del orgullo gay.
- Pues no se crea, que cuando fuimos al asilo a visitar a los ancianos, una de las monjas me dijo que con el pelo y la barba que estaba muy guapo, que me parecía a nuestro señor Jesucristo, la verdad es que me dio miedo.
- ¿Qué fue lo que te dio miedo, parecerte a Jesucristo o gustarle a alguien?
- Lo que me dio miedo fue la monja, que cuando subimos en el ascensor me miraba de una forma muy rara.
- Si claro, seguramente pretendía montárselo contigo en el ascensor.
- Pues yo que sé jefe, allí encerrada y tanto tiempo sin catarlo, eso no puede ser bueno.
- Lo que no es bueno es lo que armaste allí. También se quejaron desde el ayuntamiento de la pobre señora de la silla de ruedas.
- Eso no fui yo, eso fue cosa de Baltasar.
- ¿Cómo que fue cosa de Baltasar?
- Si Don Alfredo, es que Baltasar es senegalés, y no habla muy bien el español, así que cuando fue a hablar con la señora, ésta le malinterpretó.
- ¿Cómo que le malinterpretó?
- Si jefe porque Baltasar le pregunto a la señora que qué tal se encontraba, y ella le dijo que mal, que se encontraba bastante mal, y entonces Baltasar le dijo que no se preocupase, que ya vería que pronto se iba a recuperar, y ahí fue cuando se armó todo.
- ¿Cómo se va a armar todo por decirle a una señora que se va a recuperar pronto?
- Es que la señora también estaba mal del oído, y le entendió que pronto le iban a operar, entonces se puso como una loca a chillar que de qué la iban a operar, que a ella que no la operaba nadie, y con la misma energía se levantó de la silla y empezó a golpear a Baltasar, tuvieron que venir dos conserjes a sujetar a la señora y explicarle lo que había dicho Baltasar, pero con tanto alboroto, el resto de ancianos también se alteró, y se preguntaban unos a otros que estaba pasando, hasta que uno de ellos dijo que la señora de la silla de ruedas estaba pegando a Baltasar por ser negro, y otro de los ancianos al escuchar esto empezó a dar un discurso intentando animar al resto para que denunciasen cualquier tipo de agresión racista.
- Pero, ¿qué me estás contando?
- Sí jefe, parece ser que el señor que daba el discurso, antes de jubilarse y acabar en el asilo, había estado liberado muchos años en un sindicato, y claro, eso quieras que no, deja secuelas.
- Que secuelas ni que secuelas, el que tiene secuelas eres tú, pero todavía no sé de qué.
- Que sí jefe que sí, que además este señor cuando yo le estuve visitando antes me di cuenta de que no estaba muy bien.
- Vamos, que como si te vieses reflejado en un espejo.
- Es que cuando lo saludé, me preguntó que quien era.
- Eso me parece bastante normal.
- Y yo le dije que era Gaspar, entonces me preguntó que qué Gaspar, que si era el presidente del BarÇa, y yo le dije que no, que ese señor ya no era presidente del BarÇa, que yo era Gaspar el rey mago.
-Y él ¿qué te dijo?
- Que no sabía que Gaspar era, pero que mi cara le sonaba.
- Si, si entre todas las que armas, al final acabarás haciéndote famoso.
-¿Usted cree jefe? Igual hasta hacen una serie sobre mi.
- Sí, una serie sobre tarados.
-¿Entonces usted cree que no me van a volver a llamar el año que viene?
- Pues yo creo que no, mas que nada porque cuando te recibió el alcalde no le hizo mucha gracia cuando al preguntarte qué si ya os conocíais, le contestaste que sí, pero que igual no te reconocía, porque la última vez que os habíais visto estabas vestido de Spiderman .
-Pero es verdad jefe.
- Ya sé que es verdad, pero normalmente a la gente no le gusta que le recuerden días como aquel, en el que gracias a ti, tuvimos que salir corriendo mientras nos perseguía la gente.
- Pues me hacía ilusión que me llamasen.
- De todo, te van a llamar de todo, la verdad es que ya no sé que voy a hacer contigo, no sé que trabajo te voy a dar.
- Por eso no se preocupe jefe, yo puedo hacer casi de todo.
- Sí, casi de todo mal, lo que estoy intentando de encontrar es algo que hagas bien.
- No se preocupe jefe, que seguro que enseguida lo encontramos.
- Déjame dudarlo.

Continuará…

miércoles, 4 de enero de 2012

Jornadas de descanso (cuentín)

Jornadas de descanso

La luz le llamó la atención, a pesar de su miedo, algo le impulsaba a seguir caminando en aquella dirección, aquellos fogonazos, como disparos de luz y aquel ruido tan extraño que le acompañaba, habían roto su tranquilidad en mitad de su sueño, ni tan siquiera había mirado la hora.
Se había levantado temprano por la mañana, había preparado las cosas y se dirigió al monte, caminó durante horas hasta que por fin consiguió su objetivo, perderse en el bosque, alejarse del bullicio diario y relajarse de excursión por  el monte. Después de pasar un par de días deambulando sin rumbo fijo ya llegaría el momento de utilizar la tecnología para ubicarse y encontrar el mejor camino de vuelta.
Cenó y se acostó en su tienda de campaña para seguir con el proceso de recuperación de fuerzas apenas se puso el sol, se había levantado con las primeras luces y el día le había parecido larguísimo.
Cuando apenas había cogido el sueño, aquellos destellos y  ruidos le hicieron salir al exterior, ahora se encontraba caminando en aquella dirección, a medida que se acercaba pudo sentir unos gritos frenéticos e histéricos, las luces no cesaban de dar vueltas y entre todo el ruido pudo distinguir el de unas  aspas enormes que cortaban el aire.
Desde la ventaja que le daba la altura del monte donde se encontraba pudo ver como un helicóptero tomaba tierra, se bajaban unas cuantas personas que eran aclamadas por una muchedumbre que se reunía en aquel lugar, y una vez hubo cesado el ruido que le había despertado y que ahora distinguía como una música que pretendía generar suspense, pudo escuchar a través de una megafonía, que no localizó, el siguiente comentario  “Bienvenidos a una nueva edición de Acorralados”

martes, 3 de enero de 2012

Jugando con el viento (Poema visual)

   Veleta
  vEleta
   VELETA
                                                                                              VELEta
                                                                                             veleTa
        VELET A