miércoles, 4 de enero de 2012

Jornadas de descanso (cuentín)

Jornadas de descanso

La luz le llamó la atención, a pesar de su miedo, algo le impulsaba a seguir caminando en aquella dirección, aquellos fogonazos, como disparos de luz y aquel ruido tan extraño que le acompañaba, habían roto su tranquilidad en mitad de su sueño, ni tan siquiera había mirado la hora.
Se había levantado temprano por la mañana, había preparado las cosas y se dirigió al monte, caminó durante horas hasta que por fin consiguió su objetivo, perderse en el bosque, alejarse del bullicio diario y relajarse de excursión por  el monte. Después de pasar un par de días deambulando sin rumbo fijo ya llegaría el momento de utilizar la tecnología para ubicarse y encontrar el mejor camino de vuelta.
Cenó y se acostó en su tienda de campaña para seguir con el proceso de recuperación de fuerzas apenas se puso el sol, se había levantado con las primeras luces y el día le había parecido larguísimo.
Cuando apenas había cogido el sueño, aquellos destellos y  ruidos le hicieron salir al exterior, ahora se encontraba caminando en aquella dirección, a medida que se acercaba pudo sentir unos gritos frenéticos e histéricos, las luces no cesaban de dar vueltas y entre todo el ruido pudo distinguir el de unas  aspas enormes que cortaban el aire.
Desde la ventaja que le daba la altura del monte donde se encontraba pudo ver como un helicóptero tomaba tierra, se bajaban unas cuantas personas que eran aclamadas por una muchedumbre que se reunía en aquel lugar, y una vez hubo cesado el ruido que le había despertado y que ahora distinguía como una música que pretendía generar suspense, pudo escuchar a través de una megafonía, que no localizó, el siguiente comentario  “Bienvenidos a una nueva edición de Acorralados”

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