Cuanto necesitaba tu aliento para conseguirlo,
lástima que fuese el último.
viernes, 28 de octubre de 2011
jueves, 27 de octubre de 2011
Menudo Curro (tercera entrega)
- ¡No me lo puedo creer! Pero si era el trabajo más fácil que tenía hoy, si te mando allí para que no tengas problemas y me vuelves como siempre, con la ropa hecha trizas y molido a palos. Es que es increíble, no sé cómo lo consigues, en una semana que llevas de trabajo ya he tenido más problemas contigo que con personal que lleva toda la vida.
- Empezó el niño Don Alfredo.
- ¿Cómo que el niño? ¿Todo esto te lo ha hecho un niño?
- Él y sus amigos, era una banda muy bien organizada, yo creo que eran de los países del este.
- Del este te voy a dar yo a ti, soplagaitas. Vamos a ver si me entero de algo, cuéntamelo todo desde el principio.
- Pues verá Don Alfredo, yo llegué al recinto tal y como usted me mandó, y a continuación me puse la ropa de trabajo y empecé a dar vueltas siguiendo sus instrucciones, y todo estaba muy tranquilo hasta que llegó ese niño.
-¿Y qué te pasó con el niño?
- Pues le di algún caramelo, como usted me había dicho que hiciese con los niños y entonces empezó a seguirme por todos los lados. Yo creo que estaba estudiando mi itinerario para avisar a su banda y robarme el resto de los caramelos.
- Déjate de decir tonterías y continúa.
- Pues yo para proteger su mercancía traté de esconderme para que no me viese, pero de todas formas el niño me seguía a todas partes, así que salí corriendo, pero con el traje que me dio no podía correr mucho, así que el niño corría detrás de mí, mientras empezaba a tirarme los caramelos que yo le había dado y me gritaba, ¡no marches ratón Mickey, no marches!.
- Pero bueno hombre, solo a ti se te ocurre huir de un niño, en plan Usain Bolt, disfrazado de ratón Mickey. Tu objetivo era pasear por la feria, dar caramelos a los niños y entretenerlos no salir huyendo de ellos.
- Es que este era muy peligroso Don Alfredo.
- ¡Qué va a ser peligroso! Pero ¿no te das cuenta que al salir corriendo le ofreciste la mayor diversión del día?.
- Don Alfredo con todo el respeto, es que me gustaría que viese a aquel pequeño cerebro del crimen organizado, sobre todo cuando me interrogó.
- ¿Me estás diciendo que un mocoso fue capaz de reducirte e interrogarte y que tú le dejaste?
- Es que en aquel momento ya había llamado a los demás miembros de la banda.
- Pero que miembros ni que narices, lo que te pasa a ti es que eres tonto de remate. Si todavía voy a tener que pedir una subvención a la seguridad social por tenerte aquí.
- Ahora que lo dice, yo tengo un amigo en la seguridad social que sabe mucho de esas cosas, si quiere le doy el teléfono.
- El teléfono te lo voy a dar yo a ti, pero el de los loqueros a ver si te adoptan una temporada, sigue con lo del niño o de los niños, o lo de los elefantes, porque si me cuentas que apareció un elefante, viniendo de ti ya me lo creo.
- No, no apareció ningún elefante.
- Recuérdame que un día de estos te explique lo que es la ironía.
- ¡Ah! no hace falta, si ya lo sé.
- Sigue con el relato de una vez, a ver si me entero porque los de la feria me quieren demandar y hay un montón de madres que no paran de llamar para pedirme explicaciones.
- Como usted diga Don Alfredo, el caso es que después de la carrera y con aquel traje y aquel calor que hacía a mí me entró mucha sed, así que compré una botella de agua en una máquina expendedora; Ahora que lo digo ¿lo de la botella de agua, me lo paga usted?
- ¿cómo que si te lo pago yo?
- Sí como gasto de manutención o algo así, en este caso era para no deshidratarme, quizás lo podría deducir como gasto de mantenimiento del personal.
- A ti te voy a mantener yo, ¡te voy a mantener colgado de un octavo piso hasta que quedes como una uva pasa, sigue con la historia!.
- Pues cuando tenía la botella de agua, me escondí detrás de unos matos para que los niños no me viesen, y entonces me quité la cabeza
- Sí eso ya lo hiciste de nacimiento.
- No hombre, la cabeza del ratón.
- No pares, continúa con la historia.
-Como le decía me quité la cabeza del ratón para poder beber tranquilamente y fue cuando apareció de nuevo aquel monstruo que ahora tenía una vara en la mano, y mientras que yo estaba despistado empezó a golpearme con ella, a la vez que daba voces llamando a los demás niños diciéndoles que allí estaba el ratón Mickey sin cabeza…
- Que envidia me da el niño de la vara, si yo tuviese una ahora…
- Y con las voces que daba enseguida se presentó toda su banda, y entre todos empezaron a reírse y a burlarse de mí, y entonces fue cuando empezó todo, el primer niño, el que me tiró los caramelos y me golpeaba con la vara, que era el jefe de todos, me interrogo, preguntándome que quién era, que qué había hecho con el verdadero Mickey Mousse, que él lo había visto en Eurodisney, y que yo no era él, y porque en ese momento pude escaparme y salir corriendo, pero estoy convencido que si sigo allí, seguro que me intentan sacar el número secreto de mi tarjeta para robarme el dinero, que leí el otro día en el periódico que las bandas del este actúan así, primero acorralan a la víctima y la maltratan físicamente y después la interrogan y le obligan a darles los números de cuenta.
- Sí y cuando se trata de bandas de niños del este, después llaman a las abuelas que te secuestran y piden un rescate por ti, y si nadie lo paga te convierten en relleno de empanadas. Pero ¿de verdad te crees lo que me estás diciendo?
- Don Alfredo, que le aseguro que eran extremadamente peligrosos, que cuando salí corriendo, se agarraron a mi cola, a la del ratón quiero decir porque yo no tengo
- Ya, ni cola ni cerebro, ya me voy haciendo una idea.
- Y fue ahí cuando me rompieron el traje, y al rasgarlo tropecé y me caí de bruces en el suelo, y pude ver cara a cara a ese pequeño monstruo que me miró y me dijo, “¡Toma, esto por hacerle daño a Mickey!” y me pegó una patada en la nariz. Que yo no sé porque todo el mundo últimamente me pega en la nariz.
- Pues yo sí que empiezo a entender el porqué. ¿Y dónde está el resto del disfraz?
- Ya le dije que me lo rompieron los niños.
- ¿Y la cabeza?
- La última vez que la vi la tenían los niños y se la pasaban de uno a otro como un trofeo de guerra, y para que no me pegasen más no me atreví a ir a por ella, además no podía.
- ¿Y se puede saber porque no podías?
- porque tuve que ir a aclarar un malentendido
- ¿Qué clase de malentendido?
- Que por la megafonía de la feria estaban diciendo que se ruega al ratón Mickey que se presente en las oficinas centrales y deje de alborotar a los niños, así que tuve que aclararles que no se trataba de niños corrientes, si no que eran una banda muy peligrosa y que debían de tomar medidas de precaución, de hecho les recomendé cerrar la feria.
- Lo que tienes que hacer es cerrar la boca, que es como estás mejor.
continuará
Agradecimientos
Deseo dar las gracias a todos
los que no creyeron en mí,
Porque el tiempo les ha dado
la razón que yo les negué.
A todos los que de una forma u otra
no me han hecho feliz,
Porque así no tendré que sufrir
cuando no les vuelva a ver.
A todos lo que jamás me ayudaron,
ni quisieron intentarlo,
Porque así no me siento culpable
de hacerles perder el tiempo.
A todos los que nunca me han mirado,
ni escuchado
Porque me han evitado malgastar
mi ya escaso aliento.
Y evidentemente a ti,
que me dejas a oscuras,
para que no me moleste
este rayo de luz cegador.
Y me dejas ya a solas
ante mi último viaje.
Gracias a ti
mi buen enterrador.
los que no creyeron en mí,
Porque el tiempo les ha dado
la razón que yo les negué.
A todos los que de una forma u otra
no me han hecho feliz,
Porque así no tendré que sufrir
cuando no les vuelva a ver.
A todos lo que jamás me ayudaron,
ni quisieron intentarlo,
Porque así no me siento culpable
de hacerles perder el tiempo.
A todos los que nunca me han mirado,
ni escuchado
Porque me han evitado malgastar
mi ya escaso aliento.
Y evidentemente a ti,
que me dejas a oscuras,
para que no me moleste
este rayo de luz cegador.
Y me dejas ya a solas
ante mi último viaje.
Gracias a ti
mi buen enterrador.
martes, 25 de octubre de 2011
lunes, 24 de octubre de 2011
viernes, 21 de octubre de 2011
Amistad
Mientras escribía este texto no pude evitar pensar en un buen amigo (Tito Jose), quizás algún día nos veamos así. Por otro lado acabo de terminarlo y prepararlo para publicarlo, voy a dejarlo reposar y no sé que pasará porque me acaba de dejar un cierto regusto raro...
Amistad
-Me gustaba salir al parque todos los días y ver como mi pequeña golpeaba una y otra vez su pelota de goma, mientras que yo la animaba a hacerlo. Disfrutaba viendo como poco a poco su cuerpo se desarrollaba y cada día que pasaba tenía más fuerza, y era capaz de coordinar mejor sus movimientos y arrojar cada vez más lejos y con mayor precisión la pelota.
-Odiaba tener que ir todos los días al trabajo, y ver como tenía que esforzarme cada día, poniendo todo mi esfuerzo en ello, y viendo que no recibía ningún tipo de agradecimiento. Odiaba ver como poco a poco debido al desgaste de mi trabajo cada día me costaba más coordinar de una forma precisa mis movimientos, ver como mi cuerpo se marchitaba y como cada vez con mayor frecuencia me fallaban las fuerzas.
-Me gustaba volar, sentir la libertad del silencio, ver el mundo desde arriba, cada día anhelaba surcar los vientos observando el paisaje bajo mis pies, llegar a una nueva ciudad, conocer a sus gentes, disfrutar de su conversación, almacenar en mi memoria la mayor cantidad posible de momentos felices, compartidos, nuevos e irrepetibles.
-Odiaba sumergirme todos los días, sentir el agobio del silencio, ver como el mundo se alejaba cada vez que me introducía en aquel pozo, cada día odiaba los sonidos que provenían de encima de mi cabeza, las conversaciones de los desconocidos, con sus vidas grises, aburridas y monótonas, odiaba que me persiguiesen esos recuerdos.
-Me gustaba disfrutar de la nieve, ver los valles cubiertos, observar la blancura y la pureza de la nieve, ver los reflejos del sol, jugar con las ilusionantes formas creadas por el agua, tumbarme sobre la nieve y dejar mi huella en ella, evocar los viejos cuentos navideños donde la nieve es protagonista.
-Odiaba la nieve, no poder salir de casa cuando cubría, tener que cuidarme la vista de los reflejos del sol para evitar problemas oculares, sentir el agobio de la amenaza de la abundante nieve en el tejado que hacía posible un derrumbe del mismo, sentirme aislado durante la mayor parte del tiempo invernal, y arrastrar durante todo ese tiempo la duda de no saber cuándo se retirarían esas nieves, para poder calcular si nos llegaría o no el aprovisionamiento realizado con el buen tiempo. Menuda porquería.
-No se puede ser tan pesimista, la vida nos ofrece oportunidades maravillosas que debemos saber aprovechar.
-Lo que no se puede es ser tan optimista, que parece que estas todo el día fumao, tú te quedaste en la época de los hippies.
-Lo que te pasa es que eres un cascarrabias y no quieres ver el lado bueno de la vida.
- Y a ti lo que te pasa es que eres tonto de nacimiento, y no te das cuenta que con 93 años que tenemos y metidos en este asilo lo único bueno que nos puede pasar en la vida, es que la comida esté buena y mañana volver a vernos aquí para seguir discutiendo.
- Pero mañana hablamos de fútbol como todo el mundo, que así no discutimos.
- Eso, a ver si por un día no discutimos, pero me extraña porque que vas a hablar tú de fútbol si no tienes ni idea.
- Quien no tiene ni idea eres tú, que yo jugué en tercera división.
- En tercera sí, pero regional que a mí no me la das, que tienes pinta de ser un paquete de cuidado.
- Pero que dices tenías que haberme visto correr la banda.
- Pues córrela ahora que es la hora de la comida, a ver quién llega antes.
-Yo, seguro
- De eso nada.
-Ya lo veremos…….
jueves, 20 de octubre de 2011
Menudo Curro (segunda entrega)
- ¿ya estás de vuelta?, pero ¿de dónde vienes así?. ¡La madre que te parió!, ¡te cargaste la funda nueva!
- Es que me la rompieron, porque me quedaba un poco justa.
- ¿Qué dices?
- Sí, que como me quedaba un poco justa, me la rompieron.
- Sí claro, la patrulla municipal para el control de los trajes amplios, ¿y no te multaron?
- No, no; fue un señor que se metió conmigo diciéndome que parecía un muñeco de michelín.
- ¿Y por eso te la rompió?, no entiendo nada.
- No, me la rompió porque le llamé subnormal y entonces se lió a guantazos conmigo y me rompió la nariz y el traje.
- Mira chaval, te voy a explicar una cosa, la nariz te la pueden partir las veces que quieras, siempre y cuando sea fuera de tu horario laboral, y si eso me avisas que me está apeteciendo a mi apuntarme a la fiesta. Pero el traje es sagrado, el traje te identifica como miembro de esta empresa, y cuando lo llevas es como si llevases la ropa más valiosa que te pusieses en tu vida, ¿lo tienes claro?
- Sí, Don Alfredo, no volverá a ocurrir, pero ¿no podría darme otra funda que no me quede tan apretada?
- Claro que sí, amigo mío, y el traje nuevo ¿lo quieres de alguna forma especial?
- No, Don Alfredo, yo con que sea un poco más holgado ya me conformo.
- ¿y no te apetece con unos bolsillitos extras?
-No sé, hombre, igual me venían bien.
- Pues claro que te venían bien Robertín, voy a ir apuntando, unos bolsitos para el nene, la funda bien holgadita, sobre todo en la zona de tus partes, para que no te rocen y te haga pupitas.
- No, no es necesario tanto.
- ¡Que sí, que sí! Claro que es necesario que vayas holgadito, porque menudos huevos que tienes de presentarte aquí con la funda que te di ayer rota, y encima pedirme otra casi que a medida. Pues para que te enteres, esta te la pienso descontar de la nómina a fin de mes.
-Ahora que habla de nóminas, es que quería comentarle algo al respecto.
-¿Qué querías comentarme algo al respecto? ¡Dime, dime! Estoy impaciente por saberlo.
- Es que verá,… Esto… yo… pues es que…
-Acaba de una vez que me estás poniendo nervioso.
- Es que necesitaba un adelanto.
- ¡Pero que descuidado soy!, es tu primer día y no me di cuenta de hacerte un adelanto, ¿cómo no me lo dijiste esta mañana?, discúlpame.
- Es que esta mañana no lo necesitaba.
-¡Ah, claro! Y mientras estabas trabajando te surgió la necesidad, vamos que llegaste a la conclusión que mientras trabajabas que necesitabas dinero para… no sé, déjame pensar, para … ¿realizar correctamente tu trabajo?
- No, no es para eso, aunque bueno, en realidad si tiene que ver con el trabajo.
- A ver, explícame eso.
- ¿Se acuerda de la señora a la que me mandó notificar que le vamos a cortar el suministro de luz, y que le pusiera un precinto?
- Sí, claro que me acuerdo, y espero que ya lo hicieses.
- Bueno sí y no.
- Me estás volviendo loco. ¿cómo que sí y no?
- Bueno, verá, yo fui a casa de la señora que por cierto es muy amable y me dejó lavarme la sangre de la nariz y se portó muy bien conmigo.
- ¿y no te dio un té y unas pastitas?
- No, pero como se portó tan bien conmigo y me explicó su situación, el caso es que me dio pena, así que quiero ayudarla.
- ¡Ah! muy bien, ¿y se puede saber a qué la quieres ayudar?
- Pues quiero pagarle una parte del recibo, ella aportaría unos doscientos euros que tiene y yo pagaría el resto para que no la desahucien, y además pueda pagar la residencia de su hija, por eso necesito el adelanto.
- Me parece una idea genial, es más yo también quiero colaborar, y para que la señora y tú os podáis conocer mejor, os pienso pagar un crucero por el mediterráneo. ¿Qué te parece?
- Me parece que se está usted quedando conmigo.
-¿yo? No que va, es más me estoy planteando cambiar la oficina, voy a cerrar el negocio y tú y yo juntos vamos a montar una ONG, y se va a llamar pagadores de sus deudas sin fronteras. Pero si se te ocurre alguna otra idea brillante, estoy dispuesto a acompañarte en tu aventura. ¿contento?
- No
- ¿Y eso? Si es el sueño de cualquier persona. Empezar a trabajar, presentarse en la oficina de la empresa el primer día con la ropa destrozada, sin hacer su trabajo, pedir un adelanto para pagar las facturas de la gente y acabar montando una ONG, vamos que yo siempre soñé con eso, con eso y con ser jugador de fútbol.
- Creo, que entonces, el adelanto no me lo va a dar ¿no es así?
- Claro que te lo voy a dar, te adelanto que como me vuelvas con una gilipollez de estas estás en la puta calle. Y además te voy a explicar otra cosa, esa señora que te atendió tan bien y que tiene todos esos problemas, tiene más pasta que nosotros dos juntos, tiene más dinero del que nosotros vamos a ver en la vida, pardillo que eres un pardillo.
-¿qué me está diciendo?
- Lo que te estoy diciendo, es que te engañó como un político en campaña, igual.
- Pero si vivía como si no tuviese nada.
-sí, como si no tuviese nada… nada más que dinero, por no tener no tiene ni una hija, no llegó ni a casarse para no compartir lo que tenía.
- Pues yo pensaba…
- Mira Roberto, por lo poco que te estoy conociendo, creo que lo mejor es que no pienses, que no es lo tuyo.
-Pero entonces, ¿qué le digo a la señora? Quedé mañana en ir con el dinero para pagarle la factura.
- Mira déjalo, mañana mando a otro, tú de momento habla con Rosa y que te dé otra funda, y cuando la tengas te pones a hacer algo, a ver si te ganas el jornal.
- ¿Y Rosa quién es?
- ¿Te acuerdas de la chica que te dio la ropa ayer? Pues la misma, es que no cambiamos de chica para dar la ropa cada día.
- Una cosa Don Alfredo
- Miedo me das, dime
- Lo de tener más bolsillos en la funda no iba en serio ¿no?
-¡Vete de aquí de una vez! ¡Me tienes hasta las narices!
Continuará
miércoles, 19 de octubre de 2011
Reflexión
Cuando el silencio me amenaza,
Golpeando mi mente,
Sólo la conversación de tus ojos,
Me sirve de consuelo.
martes, 18 de octubre de 2011
Situación de la bolsa española ( Poema visual)
Os pongo el poema visual de los martes. El título es "LA SITUACIÓN DE LA BOLSA ESPAÑOLA", aunque también se podría llamar "LO QUE NOS CUENTAN LOS BANQUEROS SOBRE SUS DIVIDENDOS".
lunes, 17 de octubre de 2011
viernes, 14 de octubre de 2011
Cuento infantil
Los peques también tienen espacio en este blog, he aquí la prueba.
Juan tolotiro
Juan era un niño feliz, pero estaba triste.
Él era feliz porque sus padres, sus amigos, sus hermanos y sus familiares le querían mucho.
Pero al mismo tiempo estaba triste porque sus amigos le llamaban Juan tolotiro.
Tolotiro no era su apellido, pero lo llamaban así porque Juan era bastante torpe.
De hecho en más de una ocasión, de las muchas en las que se le habían caído las cosas de la mano, o había tropezado con algo, haciéndolo caer al suelo y rompiéndolo, él mismo había exclamado, ¡Jo, tolotiro!
Y por eso cada vez (y eran muchas) que se caía algo al suelo, nunca faltaba alguien a su alrededor que le decía: Juan tolotiro, ¿ya se cayó algo otra vez?
Juan trataba de que esto no le afectase, pero había veces que era realmente muy superior a él.
Se acordaba de aquel día de verano en la playa, cuando entre él y todos sus amigos habían construido un precioso y maravilloso castillo de arena, para participar en el concurso de castillos de arena, y poco antes de que el jurado hubiese valorado su trabajo, Juan tuvo la mala suerte de tropezar y caer encima del castillo, estropeando así el trabajo que habían hecho, y la posibilidad de ganar el premio. Sus amigos le perdonaron, pero Juan quedó muy triste por culpa de su torpeza.
Y situaciones como esta le ocurrían en muchas ocasiones, sus amigos no querían prestarle ni dejarle jugar con nada que se pudiese romper, porque a pesar de todos sus esfuerzos por tratar de evitarlo, de una u otra manera, siempre acababan en el suelo.
Un día, Juan estaba de excursión con sus amigos, y entre ellos estaba Fernando; Fer era un chico que no estaba muy bien de salud, y por culpa de eso, siempre tenía que estar pendiente de tomar unas medicinas, porque si se olvidaba de hacerlo, podía tener que ingresar en el hospital.
El caso es que Juan, sabía perfectamente la historia de Fernando, y siempre le recordaba lo de sus medicinas, así que cuando llegó la hora de tomarlas, Juan, como buen amigo, le recordó a Fer que debía tomarlas.
Fer se puso a buscar una bolsa en la que había llevado su merienda y las medicinas, pero no la encontró por ningún lado, así que empezó a preocuparse, y le preguntó a todos los chicos si habían visto la bolsa, pero ninguno sabía nada de ella, a excepción de Juan, que recordó haber tirado la bolsa pensando que solo tenía basura.
Decidieron dar la vuelta y regresar al sitio donde Juan había tirado la bolsa, que era dentro de un contenedor de basura. Juan que estaba muy preocupado porque a Fer no le pasase nada, iba el primero, y fue corriendo hacia el contenedor, para abrir la tapa y mirar dentro a ver si podía recuperar la bolsa, pero con el ímpetu que puso en su acción, golpeó muy bruscamente el contenedor y este cayó al suelo, arrojando parte de la basura de su interior al caudal de un río que discurría por detrás del sitio donde estaba el contenedor.
Todos los niños, vieron alarmados como la bolsa con las medicinas de Fer era arrastrada por la corriente del rio.
Aquel día, como Fer no pudo tomar sus medicamentos, tuvo que ser ingresado en un hospital, y Juan tolotiro, decidió, que a partir de aquel día nunca más volvería a vivir con otras personas, Juan pensó en buscar un sitio apartado donde poder ir a vivir para no volver a cometer más errores que perjudicasen a los demás.
Juan había preparado la bolsa con todas sus cosas para abandonar su hogar e ir a la búsqueda de ese lugar apartado donde poder dejar de molestar a los demás, y cuando salía de su casa, se encontró con la mamá de Fer que venía a hablar con él.
Juan pensó que la bronca que le iba a caer, sería tremenda, y aunque él no pretendía hacer daño a Fer, la verdad es que lamentaba muchísimo todo lo que había ocurrido.
Cuando la mamá de Fer llegó a la altura donde estaba Juan, se arrodilló enfrente de él, y empezó a llorar, al tiempo que le decía: ¡Gracias Juan, muchas gracias! Cuando le preparé las medicinas a Fer para la excursión, me confundí de medicinas, y si se las hubiese tomado, podría incluso hasta haber muerto, así que cuando le tiraste las medicinas a l rio, sin tu saberlo, le estabas salvando la vida a Fer.
Juan por primera vez en su vida, se sintió orgullosos de sí mismo, y sintió que hasta su torpeza, podía ser buena en algún momento, así que a partir de aquel día, aunque todo el mundo lo llamase Juan tolotiro, él se sentía feliz y alegre, porque sabía que a pesar de que los demás no lo comprendiesen, él tenía un don muy especial.
jueves, 13 de octubre de 2011
Menudo Curro (primera entrega)
Las intenciones siempre son eso, intenciones (menuda obviedad), pero en este caso quiero señalar que mi intención con este relato es continuarlo en sucesivas semanas, no sé si como un todo o como pinceladas de ese todo, pero lo dicho, unas cosas son las intenciones y otra lo que sea capaz después, ya veremos...
Menudo curro
-¿Qué cómo se llama el hermano pequeño del muñeco de Michelin?, Roberto, sí, se llama Roberto y soy yo, subnormal…
…
-¿Qué horas son éstas?, llevo esperando por usted más de tres horas.
- Lo siento señora, discúlpeme, ya sé que llego tarde, pero es que no pude llegar antes.
- Bueno, ahora le abro y suba, pero de todas formas voy a llamar a la empresa para quejarme de usted.
- No señora, por favor, no llame a la empresa que hoy es mi primer día.
- Pues como no me solucione pronto lo de la luz igual es el último.
- Ahora mismo subo…
- Pero hombre, ¿Qué pinta es esa? ¡Si está lleno de sangre por todos lados!
- Es que tuve un pequeño altercado con uno que me llamó hermano pequeño de Michelin.
- ¿Y se lo consintió?
- No señora, yo le llamé a él subnormal.
- Así se hace, ¿Y qué te dijo?
- Decir, decir, no me dijo nada, me soltó dos guantazos y me rompió la nariz, por eso llego tarde.
- ¡Ay, pobre!, Pasa anda y límpiate que estás hecho un adefesio.
- Gracias señora.
- Lávate bien que todavía tienes sangre por la cara. Y por cierto, ¿Por qué te llamó eso?
- Es que esta funda que me dieron en la empresa es pequeña y como no lo comprobé, pues me queda un poco ceñida.
- Pues nada hijo, no te preocupes que ahora con las manchas de sangre, los jirones, y las partes donde aún te aprieta, estas a la última en cuanto a moda se refiere.
- Sí, la verdad es que parezco Lady Gaga con un diseño de Ágata Ruiz de la Prada.
- Bueno hijo, en cuanto te termines de lavar ¿Cuánto tiempo te va a llevar arreglarme lo de la luz?
- ¿Cómo que arreglárselo señora?
- Coime, pues arreglándolo, yo que sé cómo, si supiese cómo lo arreglaba yo, y no hacía falta que vinieses.
- Es que verá, creo que hay una confusión, yo en realidad a la que vengo es a notificarle que tenemos que cortarle la luz.
- ¿Qué tenéis que qué? ¡Desgraciado!
- Señora tranquila, no se ponga nerviosa.
- No, si nerviosa no me pongo, pero hoy no te van a reconocer ni en tu casa cuando vuelvas, porque si antes te arreglaron la nariz, yo te voy a arreglar los dientes, que si quedar te queda alguno, va a estar bailando.
- Señora que yo soy un mandao.
- ¿Mandao? ¡A la mierda te voy a mandar yo!
- Oiga señora, que yo lo siento mucho, pero es que es mi primer día, y lo primero que me mandan es esto, y como no lo cumpla me echan a la calle.
- No, si encima voy a tener que tenerte pena, si seguro que lo del muñeco de Michelin es mentira, a ti te rompió la nariz al que intentaste cortarle la luz antes, ¡ Criminal, que eres un criminal!
- Que no señora, que a mí me mandaron aquí porque debe usted ochocientos cuarenta euros y si no los paga le van a cortar la luz.
- ¿Y tú te crees que los voy a pagar ahora? Si no los pagué antes es porque no podía, y si no podía con menos, mal voy a poder con más.
- Sí señora, pero yo sólo le traigo el papel y además tengo que ponerle un precinto.
-¡El precinto te lo pones donde yo te diga!
- Señora de verdad, que yo lo siento mucho, pero no puedo perder este trabajo, lo necesito para llegar a fin de mes.
- Si yo te contase lo que yo necesito. ¿No ves que soy pensionista? Y están los tiempos buenos para los pensionistas.
- Para los pensionistas y para todo el mundo.
- Pues eso, que además de pensionista y viuda, tengo que pasarle una pensión a una hija que tengo que está internada en un centro porque yo no la puedo atender.
- Señora, no me cuente esas cosas que a mí me da mucha pena y yo si pudiera bien que la ayudaba, pero no puedo, comprenda que tengo que hacer mi trabajo.
- Lo malo es que esto es el primer paso, después seguro que me desahucian.
- ¿Y no puede hacer frente a una parte de la factura?
- Que va hijo, yo como mucho podría pagar unos doscientos euros, y eso haciendo un sacrificio muy grande.
- ¿Sabe lo que le digo? Que si me da usted esos doscientos euros yo le pago el resto de la factura.
- ¿Y cómo sé que no me vas a estafar?
- Mire, vamos a hacer una cosa, yo voy a buscar el resto del dinero y cuando lo tenga vengo aquí y vamos juntos a pagar la factura.
- Ay, ¡Muchas gracias! ¡Déjame darte un beso, guapo!
- No se preocupe que mañana estoy aquí.
Así comenzó mi primer día de trabajo, después de mucho tiempo en el paro, y así de gilipollas soy, y digo gilipollas porque no tengo otro nombre, inmediatamente nada más salir de la casa de la señora, me dirigí a la oficina de la empresa a pedirle un adelanto al jefe.
Continuará
martes, 11 de octubre de 2011
lunes, 10 de octubre de 2011
Performance deconstruida
Los lunes se está convirtiendo en el día de más locuras, o si ese término no os gusta, en el día más raro del blog, ¿qué tendrán los lunes? el caso es que hoy no va a ser el día en el que cambie la dinámica.
Performance
Sin duda hay muchas referencias tanto culturales, como filosóficas, sociales y artísticas para la conceptualización de esta acción, desde las teorías del fin de la historia hasta la teoría del péndulo, por citar algún punto de partida, pero como en cualquier performance “en directo”, en este caso en esta apuesta por traer al blog una performance, prefiero que sea quien “reciba” la misma quien la interprete. Al menos en esta deconstrucción de la acción, jugamos con la ventaja de que no nos pasa como con las deconstrucciones en la cocina, tan de moda últimamente, que te ponen lo mismo de siempre, pero por separado y a veces sin cocinar. ¿o quizás no sea tan diferente?
-Acción:
- Paso 1.
La persona, o personas a realizar la acción deben elegir el sitio exacto donde realizar la misma, esto es algo que siempre es fundamental en cualquier intervención, pero en este caso más todavía, como propuesta se incluye, Parlamentos, consejerías, ayuntamientos, administraciones, etc.
- Paso 2.
Se debe escoger bien el vestuario. En este caso recomendamos que ninguno, para generar una idea de como nos dejan en los sitios elegidos anteriormente como ubicación.
- Paso 3.
Quien realice la acción debe permanecer en todo momento en movimiento, para contraponer su movilidad constante frente al inmovilismo de las administraciones, además esto también sirve para pasar menos frio en caso de bajas temperaturas, y estar ya medio preparado en caso de tener que salir por piernas.
- Paso 4.
Colocar en la escena de la acción un cartel que puede rezar algo así como: Pido un trabajo y traigo lo necesario. Este texto puede ser sustituido según la intención final de la acción en si misma, cabe añadir aquí que esta acción es válida para un sinfín de propuestas, aunque especialmente aconsejada para organizaciones, personas y colectivos que aún conserven la dignidad, se deberían excluir aquí a quien siga confraternizando con los demandados socialmente en la acción.
- Paso 5.
Durante la realización de la performance, quien realice la misma debe ir cubierto por un buen número de enchufes, la cantidad de estos puede variar en función del nivel de corrupción de los miembros del edificio elegido en el paso 1, en cualquier caso no se recomienda emplear un número inferior a 100 enchufes.
- Paso 6.
La duración de la acción puede depender del periodo de tiempo que falte hasta las siguientes elecciones, aunque esta acción en concreto está recomendada en cualquier momento del año.
Notas finales a la acción:
En algunas ocasiones después de realizar la acción es necesaria otra intervención posterior, así que se recomienda conocer de antemano y antes de la puesta en marcha de la acción conocer los centros de salud más cercanos.
viernes, 7 de octubre de 2011
Grecia (no sé si llamarlo cuento o reflexión de actualidad)
Probablemente esta idea me podría dar para algo más, pero esta autodisciplina que me he impuesto de procurar publicar algo cada día de semana, hace que de momento lo deje aquí, aunque quizás algún día lo recupere.
Grecia
Grecia
Si he de ser sincera y contaros todo lo que he vivido, probablemente no me creeríais, pero a mis años ya es poco lo que me preocupa que me crean o no.
Ya he olvidado el tiempo que hace de mi nacimiento pero lo que no he olvidado ni olvidaré jamás es donde nací, la cuna de la cultura lo llama mucha gente, y no sé si es realmente importante o no, pero para mí como os podréis imaginar, es uno de los sitios más importantes del mundo. Ese lugar es el Monte Olimpo en el que la tradición griega quiso situar la morada de los dioses.
Por aquel entonces, en el momento de mi nacimiento, mi familia era muy respetada e incluso me atrevería a decir que venerada, pero con el tiempo y con el paso de varias generaciones, esa misma veneración anterior fue generando unos celos y me atrevería a decir que unos mal quereres totalmente injustificados. Pero nunca falta alguien que se aproveche de los malos momentos de los demás ; y fue bajo esas circunstancias en las que aprovecharon la grieta abierta en mi familia para sustraerme de su seno, y todo esto a pesar, o quizás gracias a ello, de la dureza demostrada durante generaciones por mi familia.
Después de la separación y el abandono forzado de mi lugar de nacimiento me vi obligada a rodar por el mundo, me sumergí en las profundidades, fueron muchos los golpes que llevé, pero todas estas circunstancias fueron forjando y puliendo mi carácter y me atrevería a decir que mi apariencia.
La vida y lógicamente no todas, pero alguna de las personas que conocí, influyeron en mí de tal modo que acabaron moldeándome. Aunque he de reconocer que gracias al esfuerzo y el trabajo que volcaron sobre mí, eso me ayudó posteriormente a formar parte de un núcleo importante de la sociedad, no quiero pecar de presunción pero podría decir que me convertí en uno de los pilares fundamentales del entramado de justicia de la sociedad griega.
Este periodo de tranquilidad en mi vida, duró bastante tiempo, pero llegó un momento en el que me sentí totalmente abandonada a mi suerte, hasta tal punto que he de decir que aún conservo heridas de la erosión que me provocó aquello.
Fue pasando el tiempo, y al igual que la sociedad griega, yo también me vine abajo. Era el momento de iniciar una nueva etapa. Rodé mucho tiempo por el mundo abandonada y olvidada por la sociedad, hasta que la nueva recuperación cultural experimentada con la llegada de los romanos, hizo que se volviesen a fijar en mí, al parecer aún conservaba muchas de las virtudes que en mí habían labrado tanto el tiempo, como la experiencia.
El nuevo papel que me tocó desempeñar en la sociedad ahora romanizada podría definirlo casi que como escultural, porque aunque no poseo las cualidades adecuadas para desarrollar un buen trabajo escultural, si he de decir que fui una buena base durante esta época de apoyo a este tipo de actividades.
Con la caída y segregación del Imperio romano, me vi arrojada nuevamente al olvido y al ostracismo, y si he de ser sincera, he de reconocer que este nuevo golpe fragmentó en parte mi carácter, un golpe del que ya no me recuperaría.
Fueron muchos los caminos en los que me vi envuelta durante todo este tiempo, haciendo polvo lo poco que me quedaba de dignidad.
Después de toda esta andadura vagué por varios montes, quise entrar a formar parte de varias casas, pero en ninguna conseguí consolidarme y al igual que se derrumbaban mis intentos de encontrar una casa donde asentarme, del mismo modo notaba que me yo misma me iba derrumbando por dentro. A estas alturas podría decir que yo ya no era aquella joven fuerte y de carácter en la que apoyarse, y mi aspecto distaba mucho del original.
En mi búsqueda de un hogar donde asentarme, he de reconocer, que lo más cerca que estuve fue cuando fui acogida por la familia de un sepulturero; quizás esto resulte algo tétrico, pero he de decir, que a mí me aportó una gran tranquilidad haciendo que viviese el periodo más reposado de mi vida.
A pesar de todo esto debo confesaros que en ningún momento he perdido la ilusión y sigo soñando con seguir siendo útil, con volar, antes de que el tiempo me acabe convirtiendo en polvo y desparramando mis restos por el mundo, aunque cuando llegue ese día, me gustaría descansar eternamente en una linda playa.
Y hoy miro desde lo más profundo de la calle, como esta sociedad que conocí se fue transformando, hasta tal punto que hoy la crisis económica hace que me encuentre en el medio de una manifestación en demanda de puestos de trabajo. No sé si será el destino, pero si así es, este ha querido que me encuentre del lado de los manifestantes, y en vez de quedarme al margen, noto como una mano me separa del resto del empedrado de la calle y me lanza hacia una barrera policial.
No sé qué me depara el destino, pero hoy he conseguido cumplir uno de mis sueños y por un momento, por uno de esos breves momentos en nuestra milenaria historia me he sentido útil.
jueves, 6 de octubre de 2011
Las vueltas de la vida (cuentín)
Las vueltas de la vida.
Cada día acudía con la misma ilusión a subirse en su barca y tratar de ganarse el jornal transportando pasajeros de un lado al otro del rio. Él era uno de los últimos barqueros que aún resistían trabajando, los demás lo habían dejado para no seguir pasando penurias económicas, y con la apertura del nuevo puente cada vez eran menos las personas que decidían hacer el viaje en barca.
Mientras hacía el recorrido que sabía de memoria, soñaba con tener algún día un barco de verdad, con capitanear su propia tripulación, con conocer otros mares, otras tierras, con convertirse en un verdadero lobo de mar.
Desde que tenía uso de razón, recordaba a su padre haciendo lo mismo que él hacía y anteriormente su abuelo, y parece ser que antes su bisabuelo, y seguramente antes de éste varias generaciones hasta casi perderse en los principios de los tiempos, de alguna forma su familia y aquel río, formaban una simbiosis perfecta y no se entendería lo uno sin lo otro.
Poco a poco fue juntando algo de dinero, pasó todo tipo de penalidades, y una gran cantidad de esfuerzos tratando de aprender todo lo necesario para poder construir su propio barco, nunca había recibido una educación adecuada, no sabía nada de cartografía, ni de geografía, muy poco de matemáticas, y apenas era capaz de leer y comprender un texto, pero su afán de superación, hizo que fuese rompiendo todas las barreras que se le ponían por delante.
Buscó el apoyo de amigos, de conocidos, de gente que le podía aportar los conocimientos que él no poseía y orientarlo en su trabajo. Fueron muchas las ocasiones en que se equivocó, otras tantas en las que los consejos de los expertos eran contradictorios y tuvo que guiarse de su propio instinto.
Pero paso a paso, su proyecto crecía, era una especie de Noé construyendo su arca, y el aspecto no debería ser muy diferente, porque su embarcación distaba mucho de parecerse a cualquier otro buque conocido, pero a pesar de su forma un tanto estrambótica, su aspecto era resistente, y como casi todo lo que nace del esfuerzo de uno, el hombre se sentía orgulloso de su embarcación.
Cuando por fin llegó el día de botar al barco, después de tantos años preparándose para ese momento, sintió como si de repente toda su vida y la de las generaciones anteriores de su familia, acabasen de cobrar sentido, estaba claro que todo sucedía por algo, y todo el esfuerzo de su familia estaba a punto de culminarse, él iba a ser capaz de seguir el curso del rio, hacia el mar, de vivir auténticas aventuras y probablemente alcanzar el final de sus días en aquel barco que él mismo había construido, y diseñado de tal forma que no necesitase a nadie más para dirigirlo, estaba a punto de culminar el destino centenario de su familia.
Después de varios meses navegando, no perdió la magia de ese día de la botadura, había sido capaz de enfrentarse con su destino y casi casi que moldearlo.
Cada día miraba por la borda, veía esa agua a la que tanto amaba y esa libertad que significaba el navegar, cada día navegaba en busca de ese mar que siempre había soñado, y a día de hoy si aún no llegó al final de sus días navegando tal y como él deseaba, puede que alguien lo encuentre buscando el mar en el lago Baikal.
miércoles, 5 de octubre de 2011
Sueños (poema, o intenta serlo)
Sueña la golondrina con nadar,
y el pez sueña con caminar,
sueñan las vacas con volar,
y nosotros soñamos
con la libertad.
y el pez sueña con caminar,
sueñan las vacas con volar,
y nosotros soñamos
con la libertad.
martes, 4 de octubre de 2011
Estado del país (poema visual)
Tal y como me comentasteis, pongo algún poema visual más. Espero que os guste.
Se titula Estado del país
lunes, 3 de octubre de 2011
Mini cuento
- Llevo toda mi vida esperándote.
Ella pensó que le agradaba cuando su marido se ponía romántico.
Él pensó que quizás a partir de ahora no se volvería a retrasar.
Ella pensó que le agradaba cuando su marido se ponía romántico.
Él pensó que quizás a partir de ahora no se volvería a retrasar.
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