viernes, 21 de octubre de 2011

Amistad

Mientras escribía este texto no pude evitar pensar en un buen amigo (Tito Jose), quizás algún día nos veamos así. Por otro lado acabo de terminarlo y prepararlo para publicarlo, voy a dejarlo reposar y no sé que pasará porque me acaba de dejar un cierto regusto raro...

Amistad

-Me gustaba salir al parque todos los días y ver como mi pequeña golpeaba una y otra vez su pelota de goma, mientras que yo la animaba a hacerlo. Disfrutaba viendo como poco a poco su cuerpo se desarrollaba y cada día que pasaba tenía más fuerza, y era capaz de coordinar mejor sus movimientos y arrojar cada vez más lejos y con mayor precisión la pelota.
-Odiaba tener que ir todos los días al trabajo, y ver como tenía que esforzarme cada día, poniendo todo mi esfuerzo en ello, y viendo que no recibía ningún tipo de agradecimiento. Odiaba ver como poco a poco debido al desgaste de mi trabajo cada día me costaba más coordinar de una forma precisa mis movimientos, ver como mi cuerpo se marchitaba y como cada vez con mayor frecuencia me fallaban las fuerzas.
-Me gustaba volar, sentir la libertad del silencio, ver el mundo desde arriba, cada día anhelaba surcar los vientos observando el paisaje bajo mis pies, llegar a una nueva ciudad, conocer a sus gentes, disfrutar de su conversación, almacenar en mi memoria la mayor cantidad posible de momentos felices, compartidos, nuevos e irrepetibles.
-Odiaba sumergirme todos los días, sentir el agobio del silencio, ver como el mundo se alejaba cada vez que me introducía en aquel pozo, cada día odiaba los sonidos que provenían de encima de  mi cabeza, las conversaciones de los desconocidos, con sus vidas grises, aburridas y monótonas, odiaba que me persiguiesen esos recuerdos.
-Me gustaba disfrutar de la nieve, ver los valles cubiertos, observar la blancura y la pureza de la nieve, ver los reflejos del sol, jugar con las ilusionantes formas creadas por el agua, tumbarme sobre la nieve y dejar mi huella en ella, evocar los viejos cuentos navideños donde la nieve es protagonista.
-Odiaba la nieve, no poder salir de casa cuando cubría, tener que cuidarme la vista de los reflejos del sol para evitar problemas oculares, sentir el agobio de la amenaza de la abundante nieve en el tejado que hacía posible un derrumbe del mismo, sentirme aislado durante la mayor parte del tiempo invernal, y arrastrar durante todo ese tiempo la duda de no saber cuándo se retirarían esas nieves, para poder calcular si nos llegaría o no el aprovisionamiento realizado con el buen tiempo. Menuda porquería.
-No se puede ser tan pesimista, la vida nos ofrece oportunidades maravillosas que debemos saber aprovechar.
-Lo que no se puede es ser tan optimista, que parece que estas todo el día fumao, tú te quedaste en la época de los hippies.
-Lo que te pasa es que eres un cascarrabias y no quieres ver el lado bueno de la vida.
- Y a ti lo que te pasa es que eres tonto de nacimiento, y no te das cuenta que con 93 años que tenemos y metidos en este asilo lo único bueno que nos puede pasar en la vida, es que la comida esté buena y mañana volver a vernos aquí para seguir discutiendo.
- Pero mañana hablamos de fútbol como todo el mundo, que así no discutimos.
- Eso, a ver si por un día no discutimos, pero me extraña porque que vas a hablar tú de fútbol si no tienes ni idea.
- Quien no tiene ni idea eres tú, que yo jugué en tercera división.
- En tercera sí, pero regional que a mí no me la das, que tienes pinta de ser un paquete de cuidado.
- Pero que dices tenías que haberme visto correr la banda.
- Pues córrela ahora que es la hora de la comida, a ver quién llega antes.
-Yo, seguro
- De eso nada.
-Ya lo veremos…….

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