- ¿ya estás de vuelta?, pero ¿de dónde vienes así?. ¡La madre que te parió!, ¡te cargaste la funda nueva!
- Es que me la rompieron, porque me quedaba un poco justa.
- ¿Qué dices?
- Sí, que como me quedaba un poco justa, me la rompieron.
- Sí claro, la patrulla municipal para el control de los trajes amplios, ¿y no te multaron?
- No, no; fue un señor que se metió conmigo diciéndome que parecía un muñeco de michelín.
- ¿Y por eso te la rompió?, no entiendo nada.
- No, me la rompió porque le llamé subnormal y entonces se lió a guantazos conmigo y me rompió la nariz y el traje.
- Mira chaval, te voy a explicar una cosa, la nariz te la pueden partir las veces que quieras, siempre y cuando sea fuera de tu horario laboral, y si eso me avisas que me está apeteciendo a mi apuntarme a la fiesta. Pero el traje es sagrado, el traje te identifica como miembro de esta empresa, y cuando lo llevas es como si llevases la ropa más valiosa que te pusieses en tu vida, ¿lo tienes claro?
- Sí, Don Alfredo, no volverá a ocurrir, pero ¿no podría darme otra funda que no me quede tan apretada?
- Claro que sí, amigo mío, y el traje nuevo ¿lo quieres de alguna forma especial?
- No, Don Alfredo, yo con que sea un poco más holgado ya me conformo.
- ¿y no te apetece con unos bolsillitos extras?
-No sé, hombre, igual me venían bien.
- Pues claro que te venían bien Robertín, voy a ir apuntando, unos bolsitos para el nene, la funda bien holgadita, sobre todo en la zona de tus partes, para que no te rocen y te haga pupitas.
- No, no es necesario tanto.
- ¡Que sí, que sí! Claro que es necesario que vayas holgadito, porque menudos huevos que tienes de presentarte aquí con la funda que te di ayer rota, y encima pedirme otra casi que a medida. Pues para que te enteres, esta te la pienso descontar de la nómina a fin de mes.
-Ahora que habla de nóminas, es que quería comentarle algo al respecto.
-¿Qué querías comentarme algo al respecto? ¡Dime, dime! Estoy impaciente por saberlo.
- Es que verá,… Esto… yo… pues es que…
-Acaba de una vez que me estás poniendo nervioso.
- Es que necesitaba un adelanto.
- ¡Pero que descuidado soy!, es tu primer día y no me di cuenta de hacerte un adelanto, ¿cómo no me lo dijiste esta mañana?, discúlpame.
- Es que esta mañana no lo necesitaba.
-¡Ah, claro! Y mientras estabas trabajando te surgió la necesidad, vamos que llegaste a la conclusión que mientras trabajabas que necesitabas dinero para… no sé, déjame pensar, para … ¿realizar correctamente tu trabajo?
- No, no es para eso, aunque bueno, en realidad si tiene que ver con el trabajo.
- A ver, explícame eso.
- ¿Se acuerda de la señora a la que me mandó notificar que le vamos a cortar el suministro de luz, y que le pusiera un precinto?
- Sí, claro que me acuerdo, y espero que ya lo hicieses.
- Bueno sí y no.
- Me estás volviendo loco. ¿cómo que sí y no?
- Bueno, verá, yo fui a casa de la señora que por cierto es muy amable y me dejó lavarme la sangre de la nariz y se portó muy bien conmigo.
- ¿y no te dio un té y unas pastitas?
- No, pero como se portó tan bien conmigo y me explicó su situación, el caso es que me dio pena, así que quiero ayudarla.
- ¡Ah! muy bien, ¿y se puede saber a qué la quieres ayudar?
- Pues quiero pagarle una parte del recibo, ella aportaría unos doscientos euros que tiene y yo pagaría el resto para que no la desahucien, y además pueda pagar la residencia de su hija, por eso necesito el adelanto.
- Me parece una idea genial, es más yo también quiero colaborar, y para que la señora y tú os podáis conocer mejor, os pienso pagar un crucero por el mediterráneo. ¿Qué te parece?
- Me parece que se está usted quedando conmigo.
-¿yo? No que va, es más me estoy planteando cambiar la oficina, voy a cerrar el negocio y tú y yo juntos vamos a montar una ONG, y se va a llamar pagadores de sus deudas sin fronteras. Pero si se te ocurre alguna otra idea brillante, estoy dispuesto a acompañarte en tu aventura. ¿contento?
- No
- ¿Y eso? Si es el sueño de cualquier persona. Empezar a trabajar, presentarse en la oficina de la empresa el primer día con la ropa destrozada, sin hacer su trabajo, pedir un adelanto para pagar las facturas de la gente y acabar montando una ONG, vamos que yo siempre soñé con eso, con eso y con ser jugador de fútbol.
- Creo, que entonces, el adelanto no me lo va a dar ¿no es así?
- Claro que te lo voy a dar, te adelanto que como me vuelvas con una gilipollez de estas estás en la puta calle. Y además te voy a explicar otra cosa, esa señora que te atendió tan bien y que tiene todos esos problemas, tiene más pasta que nosotros dos juntos, tiene más dinero del que nosotros vamos a ver en la vida, pardillo que eres un pardillo.
-¿qué me está diciendo?
- Lo que te estoy diciendo, es que te engañó como un político en campaña, igual.
- Pero si vivía como si no tuviese nada.
-sí, como si no tuviese nada… nada más que dinero, por no tener no tiene ni una hija, no llegó ni a casarse para no compartir lo que tenía.
- Pues yo pensaba…
- Mira Roberto, por lo poco que te estoy conociendo, creo que lo mejor es que no pienses, que no es lo tuyo.
-Pero entonces, ¿qué le digo a la señora? Quedé mañana en ir con el dinero para pagarle la factura.
- Mira déjalo, mañana mando a otro, tú de momento habla con Rosa y que te dé otra funda, y cuando la tengas te pones a hacer algo, a ver si te ganas el jornal.
- ¿Y Rosa quién es?
- ¿Te acuerdas de la chica que te dio la ropa ayer? Pues la misma, es que no cambiamos de chica para dar la ropa cada día.
- Una cosa Don Alfredo
- Miedo me das, dime
- Lo de tener más bolsillos en la funda no iba en serio ¿no?
-¡Vete de aquí de una vez! ¡Me tienes hasta las narices!
Continuará
Genial! ya tengo ganas de la tercera parte
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