jueves, 13 de octubre de 2011

Menudo Curro (primera entrega)

Las intenciones siempre son eso, intenciones (menuda obviedad), pero en este caso quiero señalar que mi intención con este relato es continuarlo en sucesivas semanas, no sé si como un todo o como pinceladas de ese todo, pero lo dicho, unas cosas son las intenciones y otra lo que sea capaz después, ya veremos...



Menudo curro



-¿Qué cómo se llama el hermano pequeño del muñeco de Michelin?, Roberto, sí, se llama Roberto y soy yo, subnormal…
-¿Qué horas son éstas?, llevo esperando por usted más de tres horas.
- Lo siento señora, discúlpeme, ya sé que llego tarde, pero es que no pude llegar antes.
- Bueno, ahora le abro y suba, pero de todas formas voy a llamar a la empresa para quejarme de usted.
- No señora, por favor, no llame a la empresa que hoy es mi primer día.
- Pues como no me solucione pronto lo de la luz igual es el último.
- Ahora mismo subo…
- Pero hombre, ¿Qué pinta es esa? ¡Si está lleno de sangre por todos lados!
- Es que tuve un pequeño altercado con uno que me llamó hermano pequeño de Michelin.
- ¿Y se lo consintió?
- No señora, yo le llamé a él subnormal.
- Así se hace, ¿Y qué te dijo?
- Decir, decir, no me dijo nada, me soltó dos guantazos y me rompió la nariz, por eso llego tarde.
- ¡Ay, pobre!, Pasa anda y límpiate que estás hecho un adefesio.
-  Gracias señora.
- Lávate bien que todavía tienes sangre por la cara. Y por cierto, ¿Por qué te llamó eso?
- Es que esta funda que me dieron en la empresa es pequeña y como no lo comprobé, pues me queda un poco ceñida.
- Pues nada hijo, no te preocupes que ahora con las manchas de sangre, los jirones, y las partes donde aún te aprieta, estas a la última en cuanto a moda se refiere.
- Sí, la verdad es que parezco Lady Gaga con un diseño de Ágata Ruiz de la Prada.
- Bueno hijo, en cuanto te termines de lavar ¿Cuánto tiempo te va a llevar arreglarme lo de la luz?
- ¿Cómo que arreglárselo señora?
- Coime, pues arreglándolo, yo que sé cómo, si supiese cómo lo arreglaba yo, y no hacía falta que vinieses.
- Es que verá, creo que hay una confusión, yo en realidad a la que vengo es a notificarle que tenemos que cortarle la luz.
- ¿Qué tenéis que qué? ¡Desgraciado!
- Señora tranquila, no se ponga nerviosa.
- No, si nerviosa no me pongo, pero hoy no te van a reconocer ni en tu casa cuando vuelvas, porque si antes te arreglaron la nariz, yo te voy a arreglar los dientes, que si quedar te queda alguno, va a estar bailando.
- Señora que yo soy un mandao.
- ¿Mandao? ¡A la mierda te voy a mandar yo!
- Oiga señora, que yo lo siento mucho, pero es que es mi primer día, y lo primero que me mandan es esto, y como no lo cumpla me echan a la calle.
- No, si encima voy a tener que tenerte pena, si seguro que lo del muñeco de Michelin es mentira, a ti te rompió la nariz al que intentaste cortarle la luz antes, ¡ Criminal, que eres un criminal!
- Que no señora, que a mí me mandaron aquí porque debe usted ochocientos cuarenta euros y si no los paga le van a cortar la luz.
- ¿Y tú te crees que los voy a pagar ahora? Si no los pagué antes es porque no podía, y si no podía con menos, mal voy a poder con más.
- Sí señora, pero yo sólo le traigo el papel y además tengo que ponerle un precinto.
-¡El precinto te lo pones donde yo te diga!
- Señora de verdad, que yo lo siento mucho, pero no puedo perder este trabajo, lo necesito para llegar a fin de mes.
- Si yo te contase lo que yo necesito. ¿No ves que soy pensionista? Y están los tiempos buenos para los pensionistas.
- Para los pensionistas y para todo el mundo.
- Pues eso, que además de pensionista y viuda, tengo que pasarle una pensión a una hija que tengo que está internada en un centro porque yo no la puedo atender.
- Señora, no me cuente esas cosas que a mí me da mucha pena y yo si pudiera bien que la ayudaba, pero no puedo, comprenda que tengo que hacer mi trabajo.
- Lo malo es que esto es el primer paso, después seguro que me desahucian.
- ¿Y no puede hacer frente a una parte de la factura?
- Que va hijo, yo como mucho podría pagar unos doscientos euros, y eso haciendo un sacrificio muy grande.
- ¿Sabe lo que le digo?  Que si me da usted esos doscientos euros yo le pago el resto de la factura.
- ¿Y cómo sé que no me vas a estafar?
- Mire, vamos a hacer una cosa, yo voy a buscar el resto del dinero y cuando lo tenga vengo aquí y vamos juntos a pagar la factura.
 - Ay, ¡Muchas gracias! ¡Déjame darte un beso, guapo!
- No se preocupe que mañana estoy aquí.
Así comenzó mi primer día de trabajo, después de mucho tiempo en el paro, y así de gilipollas soy, y digo gilipollas porque no tengo otro nombre, inmediatamente nada más salir de la casa de la señora, me dirigí a la oficina de la empresa a pedirle un adelanto al jefe.

Continuará

1 comentario:

  1. Que bueno!! Este pobre asi no va a llegar a fin de mes, jaja. Esperando el siguiente capitulo. ;)

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