Menudo curro
-¿Qué cómo se llama el hermano pequeño del muñeco de Michelin?, Roberto, sí, se llama Roberto y soy yo, subnormal…
…
-¿Qué horas son éstas?, llevo esperando por usted más de tres horas.
- Lo siento señora, discúlpeme, ya sé que llego tarde, pero es que no pude llegar antes.
- Bueno, ahora le abro y suba, pero de todas formas voy a llamar a la empresa para quejarme de usted.
- No señora, por favor, no llame a la empresa que hoy es mi primer día.
- Pues como no me solucione pronto lo de la luz igual es el último.
- Ahora mismo subo…
- Pero hombre, ¿Qué pinta es esa? ¡Si está lleno de sangre por todos lados!
- Es que tuve un pequeño altercado con uno que me llamó hermano pequeño de Michelin.
- ¿Y se lo consintió?
- No señora, yo le llamé a él subnormal.
- Así se hace, ¿Y qué te dijo?
- Decir, decir, no me dijo nada, me soltó dos guantazos y me rompió la nariz, por eso llego tarde.
- ¡Ay, pobre!, Pasa anda y límpiate que estás hecho un adefesio.
- Gracias señora.
- Lávate bien que todavía tienes sangre por la cara. Y por cierto, ¿Por qué te llamó eso?
- Es que esta funda que me dieron en la empresa es pequeña y como no lo comprobé, pues me queda un poco ceñida.
- Pues nada hijo, no te preocupes que ahora con las manchas de sangre, los jirones, y las partes donde aún te aprieta, estas a la última en cuanto a moda se refiere.
- Sí, la verdad es que parezco Lady Gaga con un diseño de Ágata Ruiz de la Prada.
- Bueno hijo, en cuanto te termines de lavar ¿Cuánto tiempo te va a llevar arreglarme lo de la luz?
- ¿Cómo que arreglárselo señora?
- Coime, pues arreglándolo, yo que sé cómo, si supiese cómo lo arreglaba yo, y no hacía falta que vinieses.
- Es que verá, creo que hay una confusión, yo en realidad a la que vengo es a notificarle que tenemos que cortarle la luz.
- ¿Qué tenéis que qué? ¡Desgraciado!
- Señora tranquila, no se ponga nerviosa.
- No, si nerviosa no me pongo, pero hoy no te van a reconocer ni en tu casa cuando vuelvas, porque si antes te arreglaron la nariz, yo te voy a arreglar los dientes, que si quedar te queda alguno, va a estar bailando.
- Señora que yo soy un mandao.
- ¿Mandao? ¡A la mierda te voy a mandar yo!
- Oiga señora, que yo lo siento mucho, pero es que es mi primer día, y lo primero que me mandan es esto, y como no lo cumpla me echan a la calle.
- No, si encima voy a tener que tenerte pena, si seguro que lo del muñeco de Michelin es mentira, a ti te rompió la nariz al que intentaste cortarle la luz antes, ¡ Criminal, que eres un criminal!
- Que no señora, que a mí me mandaron aquí porque debe usted ochocientos cuarenta euros y si no los paga le van a cortar la luz.
- ¿Y tú te crees que los voy a pagar ahora? Si no los pagué antes es porque no podía, y si no podía con menos, mal voy a poder con más.
- Sí señora, pero yo sólo le traigo el papel y además tengo que ponerle un precinto.
-¡El precinto te lo pones donde yo te diga!
- Señora de verdad, que yo lo siento mucho, pero no puedo perder este trabajo, lo necesito para llegar a fin de mes.
- Si yo te contase lo que yo necesito. ¿No ves que soy pensionista? Y están los tiempos buenos para los pensionistas.
- Para los pensionistas y para todo el mundo.
- Pues eso, que además de pensionista y viuda, tengo que pasarle una pensión a una hija que tengo que está internada en un centro porque yo no la puedo atender.
- Señora, no me cuente esas cosas que a mí me da mucha pena y yo si pudiera bien que la ayudaba, pero no puedo, comprenda que tengo que hacer mi trabajo.
- Lo malo es que esto es el primer paso, después seguro que me desahucian.
- ¿Y no puede hacer frente a una parte de la factura?
- Que va hijo, yo como mucho podría pagar unos doscientos euros, y eso haciendo un sacrificio muy grande.
- ¿Sabe lo que le digo? Que si me da usted esos doscientos euros yo le pago el resto de la factura.
- ¿Y cómo sé que no me vas a estafar?
- Mire, vamos a hacer una cosa, yo voy a buscar el resto del dinero y cuando lo tenga vengo aquí y vamos juntos a pagar la factura.
- Ay, ¡Muchas gracias! ¡Déjame darte un beso, guapo!
- No se preocupe que mañana estoy aquí.
Así comenzó mi primer día de trabajo, después de mucho tiempo en el paro, y así de gilipollas soy, y digo gilipollas porque no tengo otro nombre, inmediatamente nada más salir de la casa de la señora, me dirigí a la oficina de la empresa a pedirle un adelanto al jefe.
Continuará
Que bueno!! Este pobre asi no va a llegar a fin de mes, jaja. Esperando el siguiente capitulo. ;)
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