-En mi vida pasé tanta vergüenza.
- Pero, ¿Por qué me dice eso Don Alfredo?
-¿Qué por qué te lo digo? Porque eres un animal, nos dejaste en evidencia a todo el mundo, y encima delante de la televisión y la prensa. Si es que estás para que te encierren.
- Si yo solo dije lo que pensaba.
- Ese es el problema, que lo tuyo no es pensar. Además cuando te contraté, ¿te añadí algún plus por pensar?
- Creí que eso estaba incluido en el sueldo.
- En tu caso no. Que te quede muy claro; yo no te pago por pensar que no se te da muy bien.
- El caso es que no sé porque se pone así, no entiendo nada.
-Que no lo sabes, pues claro que no lo sabes, si ya se lo advertí al alcalde que lo mejor era que no hablases.
- A mí me cayó muy simpático, en las elecciones igual le voto.
- ¡Pero que le vas a votar si le acabas de hundir la carrera!.
- ¿Yo? ¿Pero por qué me dice eso Don Alfredo?
- ¿Quieres que te lo enumere o te sirve con un resumen Robertín?
- No sé Don Alfredo usted ¿qué cree que es mejor?
-No me preguntes eso, que ahora mismo estoy deshojando la margarita entre el asesinato o el suicidio. Vas a acabar conmigo.
- No me diga eso Don Alfredo, que yo me preocupo por usted.
- No, si no se trata de mí, se trata de ti, al que quiero suicidar y más después de lo de hoy.
- Pero si yo solo hice lo que me mandaron.
- Ese es el problema, te mandaron hablar y hablaste, y ahí empezó todo el lio.
- Pero si hoy no me pegaron, hoy tuve un buen día.
- Sí, hoy hubo palos para casi todo el mundo menos para ti. ¿Te das cuenta de aquellos chicos tan grandes que nos seguían?
- ¿Los que estaban delante de toda la gente que venía detrás?
- Exacto, Robertín, esos mismos. Pues esos eran los guardias de seguridad, que seguro que a partir de hoy se replantean su profesión, porque creo que no sabían si protegernos o lincharnos, y los que venían detrás querían saludarte muy “efusivamente” y no precisamente para pedirte un autógrafo. Para que lo entiendas bien, voy a empezar por el principio y no me interrumpas. Vamos a ver, vale que hoy fuese tu día, vale que el ayuntamiento te hiciese un homenaje por salvarle la vida a aquella señora, vale que el alcalde te expresase su gratitud en nombre del concejo, vale que la señora estuviese muy agradecida y te lo dijese, vale que su marido estaba muy contento, vale que el jefe de policía se disculpó ante ti por el error que cometieron y vale que yo como tu jefe hablase bien de ti, y esta última parte no veas lo que me costó. Es decir está bien que fueses un héroe local y que te hiciesen un acto con toda la prensa y la televisión local. Y todo iba perfecto hasta que apareciste tú para hablar.
- Yo aparecí cuando me mandaron.
- ¿Y no se te ocurrió ir vestido de otra forma?
- Es lo que me mandaron ponerme.
- ¿Qué alguien te mandó aparecer allí vestido de spiderman? Pero si es lo más ridículo que vi en mi vida. Bueno eso y como te quedaba la primera funda que te dimos.
-Fueron aquellos chicos que estaban allí.
- ¿Qué chicos?
- Aquellos tan majos que viven en la plaza en tiendas de campaña.
-¿Te refieres a los indignados?
- Sí, creo que se llamaban así. Yo cuando llegué como iba un poco tarde y les ví que vivían allí pues les pregunté a ellos.
- Ahora lo entiendo todo. Y fueron ellos los que te pusieron ese traje.
- No Don Alfredo, lo puse yo solo, ellos solo me lo dieron.
- Hasta ahí llego Roberto, ya me imagino que te lo pusiste tu solito que ya eres bastante mayorcito, aunque no lo parezca. Y después te dieron el discurso.
- Lo primero que dije sí, después cuando usted me dijo que tirase el papel y pidiese disculpas, eso ya fue cosa mía.
- Lo recuerdo Roberto y no sé lo que fue peor. Todavía recuerdo a toda la plaza coreando lo que tú decías.
- ¿A qué se refiere a aquello de “no hay pan para tanto chorizo”?
- No, si eso fue hasta más discreto dentro de lo que cabe, fue peor cuando empezaste con lo de “este alcalde roba como nadie”. Amén del resto de consignas, pero donde ya lo bordaste fue cuando llamaste al señor alcalde por su mote.
- Pero yo pensé que todo el mundo lo llamaba así.
- Pero no delante de él alma cándida. ¿a ti te parece que la gente le llame ali-baba a la cara?
- Ya me parecía a mí que no tenía cara de moro.
- cara de moro te voy a dar yo a ti. Y hablando de caras la que le quedó a la pobre señora cuando explicaste lo del boca a boca. ¿Pero no te podías haber ahorrado los detalles?
- Se refiere a cuando conté lo de la ropa o a cuando dije que yo le hacía el boca a boca pero que no estaba pensando en hacerle nada sexual con ella.
- Eso es lo malo Roberto, que no tenías que haber dicho nada, que diciendo eso la pusiste en evidencia, sobre todo cuando dijiste que el aliento le olía a wisky. ¿A ti nunca te dijeron que estabas mejor callado?
- ¿Aparte de usted?
- Sí Roberto.
- Me lo dice mucha gente todos los días.
- Pues hazles caso, de verdad, que te va a ir mejor. Y vamos a ahorrar muchos problemas como la batalla campal de hoy.
- ¿Qué batalla?
- ¿Tú, por casualidad alguna vez te enteras de algo?
- Pues claro Don Alfredo, a mí me gusta estar enterado de todo.
- Ya lo veo, no das más de si, y no hay manera, mira que no enterarse de la bronca que armaron entre los del 15-M que estaban coreando tus consignas y los seguidores del alcalde, que como se acercan las elecciones estaban allí para arroparle y mirar a ver si conseguían algún enchufe.
- ¿Se refiere a cuando empezaron a lanzar las macetas y las papeleras?
- Exacto, a eso me refiero, si al final no vas a ser tan tonto como pareces.
- Yo pensé que era porqué estaban vitoreando al alcalde.
- sí que va a ser más tonto sí.
Continuará.
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