Como quien no quiere la cosa llegó la navidad un año más, ya sabéis ese invento para vender más y hacernos más tiernos, ¿o quizá no? De todas formas disfrutad de las fiestas y de lo que no son las fiestas.
Menudo Curro
- ¿Se puede saber qué haces así vestido?
- Lo que usted me mandó, jefe.
- ¿Cómo qué lo que yo te mandé?
- Sí jefe, usted me dijo que me disfrazase.
- Pero no te dije que te vistieses de espermatozoide.
- No soy un espermatozoide jefe, soy un reno albino.
- ¿Qué eres qué?
- Un reno albino jefe, los renos son los que conducen el trineo e Papa Noel, y albino quiere decir que es entero blanco.
- Ya sé lo que quiere decir, pero como vas a ser un reno, si eres igual que un espermatozoide.
- Que no jefe, que los espermatozoides tienen la cola más larga, ¿ve este rabito que tengo aquí atrás?, es más corto, por que es de un reno. ¿Quiere tocarlo?
- ¡No, no quiero tocarlo! ¿Y si eres un reno, dónde están los cuernos?
- Es que se los quité, como últimamente usted está tan sensible con eso de los cuernos.
-Te voy a dar yo a ti cuernos. ¿Tú crees que te puedes presentar así delante de mis hijos? Te dije bien claro que te disfrazases de Papa Noel para darles una sorpresa.
- Es que no quedaban trajes de Papa Noel, y los que había no me valían, además el último gorro que había me lo robó un delincuente.
- ¿Cómo que te lo robó un delincuente?
- Sí, Don Alfredo, Yo tenía el último gorro que quedaba y entonces vino el delincuente, clavó sus dientes en mi mano y se llevó el gorro.
- Ya, el viejo truco de la mafia rumana, y me puedes decir ¿qué edad tenía el delincuente?
- Pues no lo sé jefe, no se lo pregunté.
- Me imagino que era un mocoso.
- yo lo metía en un reformatorio.
- Tú metías en un reformatorio a todos los niños que encontrases. Me parece que lo de hoy no es buena idea, quizás lo mejor es que te vistas y te marches, ya les daré yo los regalos a los niños, no quiero que su recuerdo de mayores de la navidad sea un zopenco vestido de burbujita de freixenet, pero en blanco.
- Pero si puede ser un recuerdo muy bonito, además este traje me estiliza mucho
- Deja de decir tonterías y trae los regalos.
- ¿Qué regalos jefe?
- Los que te mandé que compraras, para que los niños no me viesen con ellos y los descubriesen.
- No jefe, está usted equivocado, a mí no me mandó comprarle nada.
- ¿Cómo que no? Si te llamé al teléfono.
- Llamaría usted a otro Roberto
- ¿Cómo voy a llamar a otro Roberto? Te llamé a ti y te dejé el mensaje en el contestador del teléfono ¿Es qué no lo oyes?
- Es que le dejé el teléfono a mi madre, siempre se lo dejo en casa por si pasa algo y tiene que llamarme.
- Serás burro, y si le dejas el teléfono ¿Adónde te va a llamar?
- Pues al suyo jefe, se lo di por si pasa algo.
- Lo que va a pasar es que te voy a estrangular, a ver como resolvemos ahora lo de los regalos.
- No se preocupe jefe que eso lo arreglo yo en un momento.
- ¿Se puede saber qué haces quitándote un calcetín?
- Es para hacer una marioneta de manos. Es muy divertido y seguro que les gusta, a mí de pequeño me encantaban, las guardo todas en la habitación.
- En el museo de los horrores dirás, haz el favor de guardar ese calcetín asqueroso, ¿tú te crees que me piden una consola y un helicóptero y voy a regalarles un calcetín sudado? Además este año que no está su madre tengo que hacerles unos buenos regalos, no vaya a ser que ella les compre algo mejor.
- Pues le digo una cosa jefe, lo del calcetín mola mucho, y eso que me dice es el típico trauma del padre divorciado, debería usted superarlo.
-Anda doctor Freud, déjate de analizarme y vete a comprar los regalos.
- Don Alfredo, pero si a estas horas ya está todo cerrado.
- Pues los pintas, o los robas, o haces lo que te salga de las narices, pero mis hijos no se pueden quedar sin regalos. Y no se te ocurra traerme calcetines usados, ropa interior de colores ni nada parecido.
- Pues es una pena, por que con las copas de los sujetadores se puede hacer…
- ¿Tú te crees que a mí me importa un pepino lo que tu haces con las copas de los sujetadores? Haz el favor de ir a buscar los regalos, y más te vale no fallar y venir pronto.
- De acuerdo jefe, ¿y para usted quiere algo?
- Sí un empleado inteligente, mira a ver si hay alguna oferta.
- Vale, jefe.
- ¿Qué esperas?
- Es que no tengo dinero.
- Toma, y llévate el coche.
….
- Me apetece darte tal paliza que te van a salir moratones hasta en la foto del carné de identidad.
- Jefe, fue lo mejor que encontré.
- ¿En que contenedor?
- Lo compré en un chino, que era lo único que estaba abierto.
- Seguro que fue el mismo que en el que compraste el traje y que ya te hacen descuento, por que debes de ser el único cliente que compra lo que no venden los chinos.
- ¿Y cómo les voy a dar esto a mis hijos?
- Eso no es problema, me presento allí y se lo doy yo
- Esa era la idea si hubieses vestido de Papa Noel.
- Les decimos que Papa Noel tiene mucho trabajo y que mandó a su reno albino.
- Claro y les decimos que los renos albinos sin cuernos hablan de la que hacen el reparto de los juguetes.
- Don Alfredo es que usted no se está impregnando del espíritu navideño, en la navidad todo es posible y el reno es un reno mágico.
- Lo que me estoy impregnando es de una mala hostia…
- Lo ve, así no vamos a ningún lado
- yo contigo a cuantos menos sitios vaya mejor. Venga vamos a hacer lo que dices, ya de perdidos al rio.
….
- Roberto he de reconocer que no estuvo tan mal, al final los niños lo pasaron bien, le sorprendieron los regalos y tú no fuiste un reno tan malo. A ver si esto va a ser tu vocación.
- No Don Alfredo, ya sabes que yo y los niños no nos llevamos.
- Nada hombre que lo hiciste muy bien, déjame darte un abrazo y desearte felices fiestas.
- Gracias Don Alfredo, igualmente.
- Roberto
- ¿Diga jefe?
- ¿Qué llevas tan duro en el bolsillo?
- Es un trozo de hierro jefe, ¿Tiene usted pegamento de ese que lo pega todo?
- ¿Para qué lo necesitas?
- Es que el trozo de hierro es de su coche
- ¿Qué? ¡La madre que te parió, desgraciado, animal, alcornoque!
Continuará…
Mira que Don Alfredo ya se habia ablandado y todo eh, que pena lo del coche, jaja
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